martes, 20 de noviembre de 2012

El trabajo de los espejos


Hace tiempo aprendí el trabajo de los espejos, de las personas espejo, quiero decir, que en algún momento todos hemos sido y seguimos siendo.

El espejo es cuando alguien de fuera te muestra tus propios defectos, actuando él mismo como si fueran suyos, a veces también lo son. Es un pacto sutil, un regalo de alma a alma. 

Habitualmente los defectos que te muestran los espejos están escondidos en lo más profundo de ti, y ni siquiera eres consciente de ello. Es por este motivo, que necesitamos otra persona que nos los muestre de una forma más tosca, magnanimizados, para que podamos realmente ser conscientes de ellos.

Si alguien te "chirría" probablemente te esté mostrando eso de ti que no quieres ver.

Esto me abrió a una nueva toma de responsabilidad en mi vida, otra forma de entender que no podía seguir culpando a la gente de fuera, de lo que yo personalmente vivía.

Conocí a una persona que me mostraba lo peor de mi en cada circunstancia. Podríamos decir que era un espejo de aumento, ya que si yo lo hubiera visto en dosis bajas, seguramente hubiera tardado más tiempo en reconocerme. 

Gracias a ello pude conocerme más y más. Entrando en un mayor entendimiento en las relaciones con otras personas. Comprendiendo.

Y tanto agradezco. 

Sin embargo, no estamos obligados a "soportar" a nuestro espejo, pues una vez reconocida la imagen, lo productivo es tratar de mejorarla en lugar de mantenerla.


1 comentario:

  1. Hola, Luz de Atlantis

    Estoy totalmente de acuerdo contigo. Gracias a éstas personas, podemos descubrir y trabajar esos aspectos nuestros que pasan desapercibidos. Aunque a veces no nos guste descubrir que también chirríamos ;).

    Besotes.

    ResponderEliminar